Posturas de yoga para mejorar la flexibilidad

Tema elegido: Posturas de yoga para mejorar la flexibilidad. Bienvenido a un espacio donde el cuerpo gana amplitud, la mente se calma y cada respiración crea lugar para moverse mejor. Quédate, practica con nosotros y comparte tus progresos.

Fundamentos de la flexibilidad consciente

Respiración que abre espacio

La respiración profunda y constante relaja las capas musculares y los tejidos conectivos, permitiendo ampliar rangos sin dolor. Exhalar más largo que inhalar suaviza resistencias internas. Practica tres minutos y nota cómo tu cuerpo cede con amabilidad.

Calentamiento articular inteligente

Moviliza cuello, hombros, caderas y tobillos con círculos lentos y controlados. La lubricación articular prepara los tejidos para estiramientos más efectivos. Diez minutos de movilidad consciente evitan tirones y dan confianza para entrar a posturas exigentes.

Escuchar los límites sin miedo

Distingue entre una tensión que invita a explorar y un dolor que pide pausar. Utiliza una escala personal de intensidad del uno al diez. Mantente en un rango cómodo, respira, y permite que el progreso emerja gradualmente.

Caderas felices y móviles

Guerrero II hacia ángulo extendido

Con la base firme, abre la pelvis y alarga el costado del cuerpo. Desliza el antebrazo a la pierna delantera o usa un bloque. Siente cómo los aductores se expanden mientras mantienes estabilidad en el centro y respiración amplia.

Paloma gradual y segura

Desde cuadrupedia, adelanta una rodilla y extiende la otra pierna atrás. Coloca mantas bajo la cadera para nivelar la pelvis. Mantén el pecho largo y respira. Busca sensación profunda pero sostenible, sin presión en la rodilla delantera.

Figura cuatro en el suelo

Acostado, cruza un tobillo sobre el muslo contrario y acerca suavemente las piernas al pecho. Mantén hombros relajados y mandíbula suelta. Esta postura ofrece alivio en glúteos y zona piriforme, ideal para contrarrestar muchas horas sentado.

Isquiotibiales sin drama

Con la rodilla trasera apoyada, inclina la pelvis hacia atrás y alarga el frente de la cadera. Al relajar los flexores, los isquiotibiales liberan resistencia. Mantén el abdomen activo para proteger la zona lumbar y respira de forma amplia.

Isquiotibiales sin drama

Coloca bloques bajo las manos para alargar la espalda sin colapsar. Cuadra la pelvis y dirige el esternón hacia el pie delantero. Permanece inmóvil algunos ciclos respiratorios, ajustando la intensidad hasta sentir un estiramiento claro y sostenible.

Isquiotibiales sin drama

Apoya las manos en la pared a la altura de la cadera y retrocede los pies. Alarga la columna como una mesa. Esta variante invita a estirar isquiotibiales manteniendo la espalda neutra, ideal para construir confianza y seguridad.

Historias reales de flexibilidad

Ana pasaba diez horas frente al ordenador y evitaba estiramientos. Con diez minutos diarios de posturas suaves para caderas, logró sentarse cómodamente en el suelo durante reuniones informales. Su secreto: constancia y respiración paciente, nada extremo.
Selinovexolano
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